Muerte en Combate del Soldado Alberto Villalba

Por Sandro ROJAS FILÁRTIGA

Aspectos extraídos del libro MEMORIAS DE UN COMBATE

MARIA ESTHER VILLALBA – Hermana de Alberto Villalba

“Siempre estuve muy orgullosa que mi hermano haya servido a la Patria”

Le decíamos “Beto”, era el segundo de seis hermanos, cinco varones y yo, la más chica y única mujer. Nació en Pozo del Tigre y allí paso su infancia y adolescencia hasta que marchó a cumplir con el servicio militar.

Mi mamá crio sola a todos sus hijos así que desde muy pequeño, Alberto salió a trabajar de lustrabotas para ayudar en la casa. Solo fue hasta tercer grado así que no tenía muchas opciones.

Ya de más grande siguió trabajando en diversos lugares haciendo changas, se había responsabilizado de traer el pan diario a mi casa y cumplía todos los días con sagrado sacrificio.

Cuando partió a hacer el servicio militar mi madre estaba muy contenta, era el primer hijo que iba a cumplir con la Patria. Había hecho muchas promesas para que Alberto entre a la conscripción, el también estaba muy entusiasmado con esa nueva obligación.

Vino a visitarnos dos veces. Se lo veía contento por lo que estaba aprendiendo. El sentía que era una oportunidad única para crecer ya que nosotros éramos una familia muy humilde con pocas posibilidades y Alberto aprovechaba esa experiencia al máximo.

Ese día mi hermano no tenía que estar ahí, pero le cambio la guardia a un compañero que quería ver a su novia. Como “Beto” no tenía dinero para venir a su pueblo, en general se quedaba dentro del cuartel.

En ese momento yo vivía en Tartagal, provincia de Salta. Me avisan lo que paso y rápidamente me vine a Formosa.

Mi madre estaba muy mal, destrozada por el dolor. Junto a mi mamá y una prima fuimos reclamar el cuerpo de mi hermano pero cuando llegamos al Regimiento se descompuso así que llevaron directo al hospital.

Tres días después el cuerpo de Alberto llega a Pozo del Tigre, descansa en el cementerio del lugar donde nació.

Recordar a mi querido “Beto” me emociona, lo sigo extrañando como el primer día. Me cuidaba mucho, era todo para mí, su “hermanita”.

Hermana de Alberto VILLALBA con algunos soldados combatientes del 5 de octubre.

Mi mamá guardaba las cosas de mi hermano que le entregaron el cuartel y eso era su tesoro. Falleció hace tres años y nunca pudo superar la muerte de su hijo. Se fue con ese dolor.

Siempre estuve muy orgullosa que mi hermano haya servido a la Patria y cumplió con su juramento de entregar su vida de ser necesario.

*Fragmentos del Capítulo perteneciente al libro MEMORIAS DE UN COMBATE de Sandro Rojas Filártiga.

Si deseas comunicarte con el autor podés enviar un correo electrónico a: memoriasdeuncombate@gmail.com

Asimismo el libro es complemento del documental LOS VALIENTES DE FORMOSA