Combate en montaña

Tiro en montaña invernal sobre esquíes

Por el TP MATIAS EZEQUIEL MARIÑO

El ambiente geográfico particular de montaña, implica dos periodos bien diferenciados dependiendo de la época del año. Estival e invernal.

En la montaña invernal, la nieve constituirá el más serio obstáculo para la vida y el movimiento en zonas de montaña. Por ello las operaciones en la montaña nevada, sufrirán limitaciones al imposibilitarse la acción de efectivos importantes, disminuyendo las posibilidades de maniobra, y los materiales en general, pero en particular el armamento se verá condicionado por efectos de las bajas temperaturas y condiciones de la nieve. En cuanto al desplazamiento y combate en montaña nevada, será necesario que el combatiente desarrolle destrezas para desempeñarse eficientemente.

Influencia del clima sobre el armamento

La nieve no impone modificaciones al tiro ni al empleo de las armas de tiro recto y curvo, pero hace necesaria la protección de las bocas de fuego y las culatas, y la utilización de dispositivos especiales para garantizar su estabilidad. Cuando hace frio extremo, hay que tomar algunas precauciones para proteger el funcionamiento de las armas, municiones y materiales.

Efectos principales del frío sobre el armamento

  • Convierte endeble los metales, pudiendo romperse.
  • Congela las partes móviles
  • Congela las mínimas condensaciones
  • Confiere al metal la propiedad de adherirse a la piel.

Influencia de la nieve sobre el armamento

A la hora de efectuar el fuego con las armas, hay que tener la precaución de observar si la nieve se levanta y posteriormente cae sobre nuestro armamento. Si este es el caso, debemos saber que esta nieve se meterá en cañones y mecanismos, y posteriormente si el arma no es empleada y se congela, esa nieve congelada podría bloquear el arma.

Por la reflectividad de la nieve, va a perjudicar la visibilidad y con ella la puntería.
Al efectuar los disparos la nieve queda manchada por los fogonazos de las bocas de fuego, siendo un indicio que delatara nuestra posición. Los proyectiles rompedores, pierden gran parte de su eficacia cuando la capa de nieve es superior a 50cm.

Reglas para el cuidado de las armas en invierno

  1. Guardar y limpiar las armas a temperaturas próximas a la que hayan de emplearse.
  2. Al dejar las armas a la intemperie, cubrirlas para protegerlas de la humedad, de la nieve y de la lluvia.
  3. En caso de heladas intensas, agarrar los soportes metálicos de las armas solo con guantes.
  4. Comprobar que las armas funcionen, accionando las partes móviles y evitando golpes violentos.
  5. Antes de cargar, comprobar que el cañón esta limpio de hielo y nieve, y si es necesario limpiarlo.
  6. Descongelar los hielos del cañón y los mecanismos móviles helados con grasa protectora de la corrosión.
  7. No dejar proyectiles en recámara.
  8. No dejar en contacto con la nieve el cañón caliente por los disparos.
  9. Limpiar las armas y municiones diariamente y pasar revista después del uso.
  10. Utilizar en la limpieza de ser posible, únicamente los productos y materiales específicos para tal fin.

Fortificaciones en terreno nevado

Pese a algunos inconvenientes, no se debe considerar a la nieve como un elemento completamente hostil. La nieve da máximas facilidades para el enmascaramiento. 

El sistema a emplear depende de los espesores de la nieve, clase de terreno y del tiempo disponible:

  • Con poco espesor de nieve: puede construirse parte en el terreno y parte sobre la nieve,  salvo cuando el terreno subyacente este muy helado; puede utilizarse piedras o rollizos  cubiertos de parapetos de nieve y procurando dejar la menor cantidad de huellas durante la construcción.
  • Con tiempo escaso, suelo muy helado y nieve muy alta, es decir, sin posibilidad de atrincherarse bajo ella, empleando sacos terreros llenos de nieve; si se dispone de agua, humedecerlos para que endurezcan al helar.
  • En alta montaña suele alcanzarse espesores de nieve de un metro en adelante y por lo tanto, no es posible construir obras de fortificación sobre el terreno natural. Surge pues desde el primer momento la idea de construir la fortificación en la misma nieve.

Espesores necesarios para protección contra armas ligeras

  1. Nieve recién caída: 4mts
  2. Nieve blanda poco prensada: 2mts
  3. Nieve primavera: 2,2mts
  4. Nieve apisonada: 2,5mts
  5. Nieve helada: 1,5mts
  6. Hielo: 0,7mts
  7. Tierra helada: 0,5mts

Posiciones defensivas en montaña invernal

Habrá que tener en cuenta en montaña que, bajo la influencia de los factores climáticos (especialmente hielo y nieve), el blanco sufrirá una transformación en lo que a su superficie respecta, ya que aquellos elementos actuarán como niveladores, haciendo desaparecer detalles importantes que dan una fisonomía propia y particular a cada accidente. También cobrarán importancia los blancos que se podrán presentar, resultando en consecuencia, extraordinariamente difícil la observación y el reconocimiento de los mismos, sobre todo porque el enemigo, en tales terrenos, lo hará con uniforme mimético, que lo confundirá con el color natural del terreno. En montaña, el terreno presenta gran cantidad de accidentes. Sin embargo, éstos serán difíciles de aprovechar como puntos de referencia para la localización de blancos, dada su gran semejanza, lo que hará necesaria una instrucción minuciosa del personal en ejercicios de esta naturaleza.

A valle: Todo lo que se encuentra abajo del hombre, respecto de la pendiente.

A monte: Todo lo que se encuentre más arriba del hombre, respecto de la pendiente. La gran cadencia de tiro que poseen las armas livianas (FAL – FAP – MAG), requiere de la especialidad de montaña una mayor responsabilidad respecto de la disciplina de fuego, por cuanto se tienen armas capaces de disparar un gran volumen de fuego, en contados segundos. Sin embargo, deberá tenerse en cuenta que, normalmente, no se dispondrá en forma inmediata de otra munición que la que escasamente, podrá llevar consigo el combatiente. Estas razones obligarán a ajustar la conducta del combatiente montañés a normas severas respecto del empleo del arma y del consumo de la munición que dispone consigo. Por ello, en las operaciones en montaña, es donde la disciplina de fuego adquiere su máxima importancia.

Posiciones de tiro en terreno invernal

Posición cuerpo a tierra

  • Con fijación fija (o en descenso) y apoyo de bastones

El tirador se colocará de costado, con las piernas unidas extendidas o semiflexionadas, descansando el cuerpo firmemente sobre ambos codos; empuñando el arma, apoyará el guardamano sobre los bastones cruzados y enterrados por sus empuñaduras.

Posición cuerpo a tierra desde retaguardia del tirador
Posición cuerpo a tierra desde lateral derecho del tirador.
  • Con fijación libre (o de marcha) y apoyo de bastones

El tirador se colocará tendido sobre la nieve y abrirá las espátulas de sus esquís tendiéndose hacia adelante, descansando el cuerpo firmemente sobre ambos codos.

Empuñando el arma, apoyará el guarda manos sobre los bastones cruzados y apoyados sobre sus rosetas.

Posición cuerpo a tierra con fijación libre desde lateral derecho del tirador
  • Con apoyo de parapeto o mochila y bastones

El tirador se colocará tendido sobre la nieve y abrirá las espátulas de sus esquíes, tendiéndose hacia adelante, aprovechará la nieve o mochila para aprovecharla como parapeto, podrán juntarse los bastones, poniéndolos atravesados sobre el parapeto para mayor estabilidad, para apoyo del guarda manos, pudiendo colocar los esquíes con el mismo objeto.

Posición cuerpo a tierra con fijación libre con parapeto de mochila desde lateral izquierdo del tirador
  • Con apoyo de mochila para tiro hacia monte

El tirador se colocará tendido sobre la nieve y abrirá las espátulas de sus esquíes, tendiéndose hacia adelante y, con la finalidad de ganar un mayor ángulo de tiro hacia monte, empleará su mochila para el apoyo de su arma. Asimismo, podrá emplear otro apoyo de circunstancia, tales como nieve acumulada o rocas salientes.

Posición cuerpo a tierra con fijación libre con parapeto de
  mochila desde lateral derecho del tirador
Posición cuerpo a tierra con fijación libre con parapeto de
       mochila desde lateral izquierdo del tirador

Posición rodilla a tierra

  • Con fijación libre

El tirador adelantará el esquí débil y descenderá el cuerpo por flexión de la pierna débil, apoyando la rodilla de fuego sobre el esquí por el movimiento de rotación que le permitirá la fijación

Posición rodilla tierra con fijación libre desde lateral derecho del tirador

Posición de pie

  • Con apoyo de bastones

El tirador bajará la silueta, flexionando las rodillas cadera y tobillos, con el objeto de buscar una posición más estable para el tiro, clavará sus bastones, apoyará la mano de no fuego sobre los mismos, a fin de obtener un apoyo para su fusil. Esta posición se empleará para un tiro de oportunidad sobre una posición estática.

Tiro en movimiento

El tirador, valiéndose de la posición en cuña para darle estabilidad y control durante el desplazamiento en terreno nevado, empuñará el arma correctamente, apoyando la culata del fusil en el pecho del hombre, de manera de realizar un correcto ejercicio de puntería.

Posición de pie para tiro en movimiento, con esquíes en cuña y fusil en alta lista, vista frente (Der) y lateral izquierdo (Izq)

Conclusiones

Es sumamente importante el conocimiento y estudio del terreno en montaña invernal, pendientes, condiciones y estados de la nieve, afección del viento sobre el terreno nevado, etc. Todos estos factores van a influir sobre el combatiente, condicionando su desempeño.  Las tropas comunes, aun de montaña, se verán limitadas en sus movimientos a los caminos y sendas libres de nieve. Además, las vías de comunicación con la retaguardia serán muy vulnerables, no solo a la acción de enemigo infiltrado, sino principalmente a los efectos de los agentes atmosféricos (vientos, precipitaciones níveas, etc) y a las avalanchas, dado que en cualquier momento podrán provocar el aislamiento de los efectivos que se adelanten. Por otra parte, las tropas que no estén especialmente instruidas y dotadas de medios para actuar sobre la nieve, difícilmente podrán llevar a cabo con éxito una operación ofensiva ya que la nieve se opondrá, al avance y además dificultará al atacante mantenerse en los lugares alcanzados, por cuanto la rigurosidad del clima y la temperatura ocasionará elevadas bajas entre el personal que deba permanecer a la intemperie. El defensor, en cambio, podrá contar con mayores posibilidades de vencer al clima, recurriendo a la construcción de obras adecuadas; pero solo será dueño del terreno que ocupa, por cuanto si abandona esas obras, se encontrará en las mismas condiciones que el atacante. En consecuencia, a lo antes mencionado, resultará inconveniente por lo general el empleo de tropas comunes en operaciones en montaña nevada. Las tropas de montaña técnicamente preparadas resultarán ser los únicos elementos capaces de superar los obstáculos que ofrece la nieve y aun volverlos a su favor; podrán alcanzar una movilidad y rapidez relativamente alta, lo que les permitirá maniobrar ventajosamente en este medio ambiente.