Principios para la Conducción de Mecanizados

Por el TC I Eduardo VERÓN RODRÍGUEZ, Dir Ec I

A modo de contribución profesional, se analizará en forma breve, aspectos necesarios a ser tenidos en cuenta dentro de la concepción de empleo de los mecanizados en las operaciones tácticas, a fin que los conductores tácticos en los distintos niveles cuenten con ideas fuerza a ser consideradas para el planeamiento y posterior ejecución de las distintas operaciones.

Principios de la conducción de las operaciones tácticas.

Los principios enumerados en el ROB – 00 – 01 Conducción para las Fuerzas Terrestres, reconocidos por el Ejército Argentino para su observancia en la ejecución de operaciones tácticas (operaciones militares) en el ámbito terrestre, son un conjunto de axiomas o verdades fundamentales, cuya observancia posibilita, en gran medida, el ejercicio de una exitosa conducción en el cumplimiento de una misión, y se apoyan fundamentalmente en:

  1. Experiencias de guerra, tanto propias como ajenas, y del estudio de los procedimientos empleados por los grandes comandantes de la historia, propios y foráneos.
  • Los principios, interrelacionados, proveen una guía general cuya consideración y aplicación, facilita el correcto empleo de las fuerzas asignadas. No tienen la intención de establecer restricciones a la libertad de acción de un conductor táctico, ni implicar que reemplazarán su experiencia y juicio profesional, y no deben ser usados como una lista de chequeo o de control, ni se aplican de la misma manera a cualquier situación en forma esquemática o genérica.

Enumeración de los principios para la conducción de operaciones tácticas.

El Ejército Argentino reconoce como principios de aplicación en la conducción de las operaciones en el ámbito terrestre los siguientes:

  1. Ofensiva.
  2. Voluntad de vencer.
  3. Unidad de comando.
  4. Objetivo.
  5. Maniobra.
  6. Economía de Fuerzas.
  7. Masa / concentración.
  8. Sorpresa.
  9. Seguridad.
  10. Sostenimiento.
  11. Simplicidad
  12. Integración.
  13. Libertad de acción.

Ofensiva y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Es la disposición para actuar contra el enemigo, buscando anular su capacidad de combate, aun en condiciones de inferioridad. Básicamente la superioridad de todo jefe y su organización se exteriorizará a través de este principio.

Esta disposición facilitará imponer la voluntad de vencer, logrará iniciativa y libertad de acción, obligando al enemigo a reaccionar fuera de sus previsiones, debido a que en el empleo de estos medios se deberá obrar siempre por acción en orden a la misión impuesta, y no como reacción a la acción enemiga.

Su aplicación facilitará poder establecer la naturaleza, el alcance y el ritmo de las operaciones tácticas a ejecutar, seleccionando cuidadosamente el sitio de la confrontación, más teniendo en cuenta las características de movilidad, combinadas con fuego y protección del blindaje de los medios mecanizados.

Voluntad de vencer y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Es la manifestación de la disposición para empeñar todos los recursos disponibles en la búsqueda del éxito, resultante de una acción formativa constante y permanente, tanto en su conjunto como individualmente. Para ello, los jefes en todos los niveles deberán trabajar el carácter y la voluntad, ya que el más brillante planeamiento y/o la disponibilidad de medios no asegurarán de por sí el éxito.

Las operaciones tácticas de mecanizados, cualquiera sea su naturaleza, deberán ser llevadas a cabo por tropas que sustenten una elevada moral, orientadas por el principio de objetivo, al encauzarse sobre él todos los esfuerzos, donde la energía de las organizaciones se conservará para las circunstancias decisivas, o en la creación de las condiciones para el éxito.

Unidad de comando y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Bajo la aplicación de este principio, todas las tropas mecanizadas operan bajo un solo comando con la autoridad requerida para dirigirlas, asegurando la unidad de esfuerzos y el empleo coordinado de los medios disponibles para el logro de una misión.

Una acertada unidad de comando disminuirá el tiempo para la toma de resoluciones y su ejecución; razón por la cual estará directamente relacionado con la concreción del precepto de la velocidad táctica a lograr en sus dos componentes, el mental y el físico, en ambientes caracterizados por amplios espacios en operaciones no lineales, y bajo el concepto de la dispersión controlada.

El empleo intensivo de procedimientos operativos normales, estandarizados y de amplio conocimiento y práctica por parte de todos, es una herramienta más para facilitar la unidad de comando.

Objetivo y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Este principio es el propósito o finalidad que la operación táctica cualquiera sea lo que su nivel persigue, y tras el cual se encauzarán todos los esfuerzos y se orientará la acción, reuniendo tres condiciones que son difíciles de materializar en operaciones altamente móviles, y principalmente en amplios espacios necesarios para la maniobra de estos medios y elementos:

  1. Ser claramente definido desde el punto de vista material y/o de los efectos para lograr.
  2. Ser decisivo, siendo esencial para el cumplimiento de la misión, o para crear las condiciones.
  3. Ser obtenible con los medios disponibles, en el tiempo y amplios espacios impuestos.

Maniobra y su aplicación en el empleo de mecanizados.

La maniobra es el conjunto de actividades, principalmente desplazamientos, mediante las cuales se buscan colocar en una situación ventajosa a los propios medios mecanizados frente al enemigo, y contribuirá además a la obtención de la economía de fuerza, posibilitando la aplicación del principio de masa.

Una maniobra efectiva propia desequilibra al enemigo, y protege además a la propia fuerza, y contribuye a explotar los éxitos obtenidos, preservando la propia libertad de acción y reduciendo las vulnerabilidades que presentan estos medios, al colocar continuamente en nuevos dilemas al oponente.

Economía de fuerzas y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Es la dosificación cuidadosa del poder de combate disponible tendiente a asegurar los medios mínimos necesarios en las áreas de esfuerzos secundarios contribuyentes, con la finalidad de crear condiciones necesarias y consecuentemente, colocar con la maniobra los máximos medios necesarios y posibles en el lugar decisivo, o donde se pretende crear las condiciones de éxito.

Para su implementación, los jefes en todos los niveles deberán necesariamente asumir riesgos calculados, obteniendo un uso equilibrado del poder de combate para cumplir la misión impuesta, sin incurrir en la desarticulación táctica de sus propios esfuerzos, bajo el concepto de dispersión controlada.

Masa / concentración y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Es la resultante de la aplicación del máximo poder de combate que se pueda disponer en el momento y lugar más ventajosos para producir resultados decisivos.

El poder de combate máximo posible resultará de la disposición previa del poder de combate en el lugar donde se busca lograr la decisión, y el mínimo necesario para crear las condiciones iniciales de dislocamiento de la fuerza enemiga que se enfrente.

En el empleo de mecanizados, la fuerza más débil podrá ser la de mayor potencia de combate en el lugar de la decisión, si logra reunir allí fuerzas superiores en cantidad y principalmente en calidad, mediante la aplicación de este principio con rapidez, velo, engaño, sorpresa, y el empleo apropiado de la masa que permita la concentración, facilitando entonces a tropas numéricamente inferiores, lograr resultados decisivos o crear las condiciones de éxito en las operaciones en desarrollo de estos medios y elementos.

Sorpresa y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Consiste en actuar contra el enemigo en un momento, lugar, formas y/o medios inesperados, que generan alteraciones y situaciones sobre las cuales los conductores afectados por estas acciones, no tienen el tiempo necesario para adoptar contramedidas oportunas.

Su obtención se asocia a acciones tácticas, lugares en el terreno y oportunidades de menor expectativa en la mente y espíritu de los conductores enemigos, donde el empleo de mecanizados es ampliamente propicio para ello, buscando que este no tenga el tiempo suficiente para reaccionar eficazmente ante dichas situaciones impuestas.

Seguridad y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Resulta de la adopción de un conjunto de medidas destinadas a prevenir la sorpresa, preservar la libertad de acción y negar al enemigo información sobre las propias fuerzas. Su finalidad es proteger y preservar el poder de combate propio, evitando o impidiendo que el enemigo adquiera una ventaja inesperada o sorpresiva, más aún en amplios espacios de maniobra.

En el empleo de mecanizados contribuirán en gran medida a este principio la dispersión controlada (entendida como la separación de los elementos para evitar ser destruidos por la acción del enemigo), las medidas de seguridad de contrainteligencia (evitar dejar rastros innecesarios en el terreno), las medidas de seguridad aplicadas a las emisiones electromagnéticas (el medio condiciona el uso de los medios, no exigirlos por fuera de sus capacidades porque delata a las propias tropas, más teniendo en cuenta las necesarias emisiones con potencia suficiente).

Al respecto, para ver un artículo específico sobre la dispersión controlada para elementos mecanizados, se puede consultar el siguiente link:

Sostenimiento y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Es la capacidad y habilidad para mantener a los elementos, sus abastecimientos y el mantenimiento del material necesario para sus operaciones, con el propósito de conservar la capacidad táctica propia antes, durante y después de las operaciones, para el cumplimiento de la misión asignada.

Una logística adecuada y anticipada es un requisito esencial para ser considerado antes de decidir la factibilidad de una operación empleando estos medios, debido a las necesidades en cuanto a la autosuficiencia táctica y a la autonomía logística, aspectos que más adelante serán aclarados en el capítulo y anexo referidos a la logística.

Al respecto, para ver un artículo específico sobre sostenimiento logístico para elementos mecanizados, se puede consultar el siguiente link:

Simplicidad y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Es la cualidad y capacidad de ser simple, evitando lo complicado y superfluo, tanto en la concepción como en la ejecución de las operaciones, de modo tal que se reduzcan los riesgos de desentendimiento y confusión propios del combate.

En un ambiente tan complejo, donde la naturaleza propia de las acciones y combates serán sumamente aisladas, solo lo simple prometerá el éxito a las tropas mecanizadas, y permitirá que en los momentos críticos, normalmente solo se guiarán por aspectos esenciales a la hora de transmitir concepciones tácticas en órdenes de combate.

Integración y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Es la resultante obtenida a partir de unir de manera eficaz y eficiente las capacidades disponibles, de la interoperabilidad y complementación entre las tropas puestas a disposición.

En el empleo de mecanizados, es común conformar elementos transitorios para disminuir los efectos del terreno, de las disposiciones de dispositivos y efectivos enemigos especialmente con sus capacidades antitanque, por lo que guardará estrecha relación con las operaciones eficaces en cualquier ambiente geográfico en el que se opere, o situación particular para el combate.

Asimismo, la conformación de organizaciones transitorias, sean estas de nivel Equipo de Combate o Fuerza de Tarea, sean fuertes en blindados o fuertes en mecanizados, son herramientas útiles y necesarias para otorgar flexibilidad a los planes y órdenes de empleo, en manos de conductores hábiles y eficaces.

Libertad de acción y su aplicación en el empleo de mecanizados.

Será la facultad de aplicar el poder de combate disponible según la propia intención, sin que el enemigo, por sus medios o por efecto de su conducción, pueda impedir que así suceda. Asegurará el empleo de los medios en la cantidad, forma, oportunidad y lugar elegido, siendo por lo tanto la acción de conservar, acrecentar o recuperar la libertad de acción, una preocupación constante en todos los niveles. Será vital la manera de obrar siempre por acción, y no por la reacción propia a las acciones del enemigo, sumado al mantenimiento de una actitud ofensiva, permitirá conservar y aumentar las posibilidades de éxito en las operaciones tácticas.

La misión, situación e intención del superior orientarán la libertad de acción de los subordinados, constituirá la visión de lo que el conductor quiere que suceda en el campo de combate, del resultado final que desea se produzca en el terreno por las acciones tácticas planificadas. Deberá expresarse en forma tan precisa que se pueda actuar aun en un cambio de situación, basados en la libertad de acción.

La libertad de acción se otorga como premisa de comando superior a subalterno, pero se crea permanentemente a través de la correcta aplicación de otros conceptos tales como flexibilidad, simplicidad, objetivo, iniciativa. La importancia del concepto de “intención”, por el combate normalmente en grandes espacios, con dispersión controlada, donde la libertad de acción estará dada también, por el grado de flexibilidad para cumplir con la intención dentro de la orden recibida.

CONCLUSIONES:

Este artículo particulariza los principios en el empleo de mecanizados, ya que como son expresados en el reglamento ROB 00 – 01, resultan de carácter genérico aplicable a cualquier tipo de medios.

Los principios para conducir operaciones tácticas no son una receta de carácter permanente y exclusivo, se basan en la experiencia de guerra, y su observancia permitirá reducir el riesgo de la derrota o del mal empleo de los medios en combate.

No son de carácter excluyente, sirven de acuerdo a la experiencia y habilidad del conductor táctico que los aplica, y no son rígidos, permitan la flexibilidad suficiente o para que puedan ser aprovechados de acuerdo a la situación táctica que se vive.

Asimismo, su cabal conocimiento permitirá ser empleados para la comparación de los distintos modos de acción que se conciban para dar solución a un problema militar operativo (PMO), durante el planeamiento.