El Soldado Hermindo Luna

LA EDUCACIÓN EN VALORES COMO FORJA DE SOLDADOS

Por Sebastián Miranda[i]

El 5 de octubre de 1975 más de 110 integrantes de la organización Montoneros asaltaron el Regimiento 29 de Infantería de Monte Coronel Ignacio José Javier Warnes con asiento en la provincia de Formosa con el fin de apoderarse del armamento de la Unidad.  Mientras se desarrollaba el ataque, también fue copado el aeropuerto de El Pucú, secuestrando dos aviones que fueron utilizados para la fuga. Dos efectivos de la Policía de Formosa intentaron repeler a los agresores pero fueron muertos. Se trataba del cabo Argentino Alegre y el sargento Efraín Casimiro Benítez.

Los atacantes ingresaron al regimiento y fueron tomando diversas dependencias. En la Compañía Comando se encontraron con el soldado Hermindo Luna, un joven hachero que defendió su puesto hasta perder la vida.

“Acá no se rinde nadie”

Mientras se combatía en diversos sectores, los atacantes avanzaron en un vehículo hacia la Compañía Comando. El soldado Hermindo Luna se encontraba de imaginaria armado con un FAL mientras sus compañeros descansaban. Al comenzar a escucharse los primeros disparos, un grupo de extremistas ingresó a la compañía, encontrándose de frente con el soldado Luna. De acuerdo a los testimonios de los conscriptos y los montoneros, el siguiente diálogo:

– Atacantes: Rendite, negro que con vos no es la cosa.

– H. Luna: ¡Acá, no se rinde nadie ¡mierda!

Tras la respuesta el bravo Hermindo Luna abrió fuego con su FAL para permitir el repliegue y la reorganización de sus camaradas, sin embargo él fue abatido por un terrorista con disparos de FAL muriendo heroicamente después de agonizar varios minutos mientras era auxiliado por un compañero.

En el informe titulado “Operación Primicia” escrito por Montoneros describieron la acción en la que murió H. Luna:

“El cuartelero del retén, que estaba en la puerta de la compañía observa la maniobra y advertido de la situación (disparos sostenidos en la Guardia y hombres armados y vestidos de azul) monta su arma y se parapeta dentro de la compañía, desobedeciendo las órdenes de rendición, que es contestada adentro con disparos de FAL; se ataca con fuego de metralletas y granadas consiguiendo desalojar de la cuadra y obliga a los soldados a retirarse a los baños (…)”.[ii]

La respuesta del soldado dio tiempo a sus compañeros a replegarse. De no haber cumplido con su misión, con seguridad hubieran sido masacrados como ocurrió en la Guardia.

El soldado Hermindo Luna era un humilde hachero de 20 años que no sabía leer ni escribir. Sus padres concurrieron a retirar el cuerpo descalzos y de luto. Bien pudieron hacer suyas las palabras que en 1806 escribió en una carta dirigida a las autoridades Ángela Zeballos con motivo de la primera invasión inglesa: “sólo doy lo que tengo, mi hijo pa´ soldado”.

Pero el espíritu de Hermindo Luna y sus compañeros seguirá presente en el recuerdo de los argentinos agradecidos, en las poesías y en las canciones populares de las que fue objeto, ya convertido en leyenda.

 “Por el coraje macho de tu raza,

que estalló de tu carne ensangrentada,

gritaste ¡no me rindo! Y en ese instante

fuiste hijo predilecto de la Patria.

Tape gaucho que la escuela de la vida,

te dio lo que a otros les faltaba,

¡criollo lindo! Saludo tu firmeza ,,,

¡si quedó chica en tu pecho la metralla!

Orgullo del vientre de tu madre,

que parió un hijo de tu fibra gaucha

¡Bendita sea por su amor sublime…!

¡y … por la pena inmensa de su alma!

Orgullo del vientre de la patria

que parió hijos para las grandes causas,

del suelo que regaste con tu sangre …

¡Brotarán mil lanzas de tacuara!

Hidalguía, honor, orgullo bravo,

en viril escala de valores,

varón entero, digno de tu laya …

¡Señor, en tu tierra de señores!

Ruego a Dios que en su cielo de valientes,

te reciba con marciales clarinadas.

Por tu temple de héroe sin alardes,

sean tuyos los vítores y las dianas.

Mi profundo respeto yo te ofrezco

de varón, de argentino y de soldado,

consciente de que tu muerte no merezco,

te saludo … ¡Hermano!

Haré brotar de mí esas virtudes

 y lucharé por esta tierra amada,

entonces sí, me llegaré a tu cielo

¡Por Dios y por la Patria, camarada!”

Poema de Pablo López al soldado Hermindo Luna

BIBLIOGRAFÍA

CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN: Diario de Sesiones. Sesión del 29 de octubre de 1975.

CÍRCULO MILITAR: In Memoriam, Buenos Aires, Círculo Militar, 1998, Tomo I.

DÍAZ ARAUJO, Enrique: La guerrilla en sus libros, Mendoza, El Testigo Ediciones, 2009.

GONZÁLEZ BREARD, Eusebio: La guerrilla en Tucumán. Una historia no escrita, Buenos Aires, Círculo Militar, 1999.

ORGANIZACIÓN MONTONEROS: Parte de guerra del 6 de octubre de 1975. En. Revista Evita Montonera, Nro. 8, octubre de 1975.

REATO, Ceferino. Operación Primicia, Buenos Aires, Sudamericana, 2010.


[i] Licenciado y profesor de Historia. Subteniente de Reserva del Arma de Infantería.

[ii] ORGANIZACIÓN MOTONEROS: Operación Primicia. En: El terrorismo en la Argentina, p. 198.