Historia de la Reserva en el Ejército Argentino

Por el ST (Res) Sebastián Miranda[i]

Los escenarios militares han ido cambiando y siguen haciéndolo constantemente. Sin embargo, las lecciones del pasado han sido útiles para la organización del actual sistema de reservas de las FFAA.

La Reserva

Desde mediados del siglo XIX el mundo experimentaba grandes cambios. El auge de la Revolución Industrial y los avances tecnológicos que trajo aparejados generaron la necesidad de adecuar el aparato militar a las nuevas exigencias. Los constantes conflictos entre las potencias europeas como consecuencia de la competencia por los mercados y la obtención de materias primas aceleraron la carrera armamentista e incentivaron la innovación en la organización y equipamiento de las Fuerzas Armadas.

En la Argentina la llamada Generación del ’80, incentivada por los constantes conflictos limítrofes con Chile, decidió encarar un ambicioso proceso de rearme y reorganización de las FFAA.

La inminente guerra con Chile impulsó la elección del general Julio Argentino Roca como presidente por segunda vez. Este a su vez eligió al general Pablo Riccheri como Ministro de Guerra. Entre 1881 y 1897 había estado gran parte del tiempo en Europa desempeñando diversas funciones militares, especialmente vinculadas a la renovación de armamento del Ejército.

Esto produjo un profundo proceso de modernización. No solamente se trató de la compra de armas sino del aprendizaje de las tácticas y doctrinas de los principales ejércitos europeos, especialmente del alemán. La compra de baterías de artillería, carros de municiones, ametralladoras Maxim y del célebre fusil Mauser Modelo Argentino 91 (llamado así porque el original fue modificado a pedido de Riccheri, generando un arma que fue adoptada también con estas mejoras por el Ejército Alemán).

Nombrado Ministro de Guerra en 1901 emprendió un ambicioso proceso de reformas en la organización del Ejército Argentino que incluyó el impulso de la Ley 4031 (sancionada el 11 de diciembre de 1901) que organizó definitivamente el sistema de reservas.

Más conocida como Ley del Servicio Militar Obligatorio o Ley Riccheri, esta ley fue la que dio una organización definitiva a la Reserva del Ejército Argentino.

La misma establecía:

La incorporación de los varones nativos o naturalizados de 20 años (cumplidos el año interior al inicio del año militar), mediante el sistema de sorteo. Se utilizaba como parámetro el censo de 1895. Inicialmente el servicio era por cinco meses. Posteriormente se consideró inadecuado este tiemplo, ampliándose a 12 meses en el Ejército (80% de los conscriptos, el restante 20% era destinado a la Marina).

Cuando el ciudadano culminaba el Servicio Militar Obligatorio pasaba inmediatamente a formar parte de la Reserva, teniendo instrucciones complementarias para mantener la aptitud a los 24 y 28 años (quince días en cada caso).

Se consideró fundamental también el rol social del Servicio Militar Obligatorio al realizarse: la integración de las clases sociales en los cuarteles, inculcar el amor a la Patria y el espíritu de cuerpo en una sociedad que se había caracterizado durante muchos años por el individualismo y el fuerte sentimiento localista además de la masiva incorporación de inmigrantes con culturas distintas que había que amalgamar. Además permitía la alfabetización de muchos ciudadanos. El sistema era complementado por la incentivación a la formación de clubes de tiro.

La Ley del Servicio Militar Obligatorio fue acompañada por un profundo proceso de reestructuración del Ejército Argentino, quedando formado por un Cuerpo Permanente (121.000 hombres), la Guardia Nacional (80.000), Guardia Territorial (36.000). Estas últimas fueron finalmente disueltas al ser reemplazadas por el sistema de Reservas. En una primera instancia al terminar su servicio militar obligatorio el ciudadano se integraba a la Reserva entre los 20 y 30 años. De los 30 a los 40 pasaba a formar una segunda reserva que era justamente la Guardia Nacional.

Estos efectivos fueron distribuidos en 7 regiones militares con sus correspondientes bases logísticas, comandos, arsenales, etc. Se adquirieron los terrenos para los Campos de instrucción de Campo de Mayo, Los Andes y  Remonta. Se crearon las  Escuelas de las Armas y  Mecánica. Se mejoró notablemente el sistema de Sanidad Militar y se creó el sistema de foja de Servicios y Juntas de Calificaciones para garantizar la idoneidad del personal que ascendía.

No podemos dejar de mencionar la creación de la Escuela de Cabos y Sargentos que permitió la profesionalización del personal de suboficiales, dando un paso más en los grandes avances logrados en este aspecto gracias la creación del Colegio Militar de la Nación en la presidencia de D. F. Sarmiento.

El Servicio Militar Obligatorio logró contar con un número considerable de ciudadanos para integrar la Reserva, permitiendo en reemplazo de la Guardia Nacional y la Guardia Territorial, que si bien históricamente cumplieron una importantísima misión en diversos conflictos, seguían siendo susceptibles a la influencia de los gobiernos provinciales minando el poder del gobierno nacional.

La organización del sistema de reservas ha ido cambiando con el paso del tiempo. El conflicto de Malvinas en 1982 volvió a dejar en evidencia la importancia de contar con  sistema de fuerzas que respalden al Cuerpo Permanente. El enorme teatro de operaciones, dado el peligro de un conflicto armado paralelamente también con Chile, volvió a demostrar la importancia de la movilización de las reservas y de los civiles con instrucción militar, destacándose:

  • El papel, poco conocido, de la Reserva de la Aviación del Ejército en el continente (inicialmente iba a operar en las islas Malvinas) que llevó a cabo misiones de apoyo a las unidades continentales, traslado de hombres y materiales, reconocimiento, patrullaje y búsqueda y rescate entre otras.[ii]
  • El excepcional desempeño de los integrantes de la sección AOR (Aspirante a Oficial de la Reserva) del Tte. Roberto Néstor Estévez en la batalla de Darwin. Estos jóvenes conscriptos realizaban el servicio militar obligatorio pero a la vez recibieron el curso para oficiales de reserva (continúa dictándose actualmente). Tal fue su forma de combatir que los británicos creyeron se enfrentaban a fuerzas especiales.[iii]
  • Los oficiales, suboficiales y soldados que se presentaron voluntariamente, combatieron y murieron en el conflicto. Quizás uno de los casos más emblemáticos fue el de Julio Cao, maestro que había cumplido el servicio militar obligatorio en el RI 3 de La Tablada, dejó el guardapolvo para volver a vestir el uniforme, cayendo en combate el 10 de junio dejándonos su ejemplo.
  • De haberse producido un ataque chileno o inglés al continente las reservas hubieran sido una herramienta fundamental para la defensa.

La suspensión de aplicación de la Ley del Servicio Militar Obligatorio en 1994, no eliminación (no se encuentra derogada) ya que puede ser puesta en práctica, no solamente puso fin a este servicio tan importante para la Patria sino que también dejó al sistema de reservas cada vez con menos hombres.

Actualmente el Sistema de Reservas del Ejército Argentino (SIREA) está enmarcado por la Dirección General de Organización y Doctrina del Ejército (DGOD) y en él están comprendidos:

  • Personal de cuadros de la Fuerza en situación de baja o retiro, que pasan a integrar la reserva manteniendo su grado y aptitud militar adquirida en su período de servicio.
  • Personal de egresados de los liceos militares, como Oficiales de Reserva de las Armas, dependiendo del Liceo Militar del cuál egresan.
  • Personal de cadetes del Colegio Militar de la Nación en situación de baja antes de su egreso, pudiendo pasar a la reserva como soldado instruido, suboficiales subalternos o superiores, y excepcionalmente como subtenientes de reserva.
  • Personal de aspirantes de la Escuela de Suboficiales del Ejército «Sargento Cabral» en situación de baja antes de su egreso, pudiendo pasar a la reserva como soldado instruido, o suboficial subalterno con la menor jerarquía.
  • Personal de cadetes de los liceos militares en situación de baja antes de su egreso, que hayan cumplimentado la jura de la bandera, en calidad de soldado instruido.
  • Personal de soldados voluntarios en situación de baja, alguno pudiendo pasar como cabos de reserva.
  • Personal que actualmente pertenece a la Reserva de la Fuerza en tanto mantenga las condiciones exigidas para integrarla.
  • Personal egresado del CUFOR (Curso de Formación de Oficiales de Reserva).
  • Personal civil que, no habiendo recibido instrucción militar, posea títulos, aptitudes y/o especialidades que permitan asignarle un grado dentro de la Reserva Fuera de Servicio.

Ventajas y necesidad del sistema de Reservas:

La suspensión del Servicio Militar Obligatorio generó que la Nación se privara de una constante renovación y ampliación de la cantidad de reservistas en calidad de tropa. Los que aún sirven en las compañías de reserva son los pocos que van quedando del sistema anterior, pero con edades superiores a las de convocatoria efectiva.

Las funciones asignadas a los cuadros permanentes se multiplican pero los medios no se renuevan. Este tema resulta incuestionable y la necesidad de reponer y aumentar capacidades está fuera de toda duda. Pero también resulta imperioso aumentar el personal disponible, es aquí donde es relevante el rol de la Reserva.

Con un mínimo de esfuerzo se puede contar con un núcleo de argentinos dispuestos a entregar gratuitamente su tiempo solo por el hecho de servir. Frente a las catástrofes naturales, por ejemplo, médicos de la Reserva, voluntarios bien entrenados, ingenieros, etc., pueden brindar un apoyo más que importante no para reemplazar sino para complementar al Cuerpo Permanente.

Esto es posible, pero es necesario destinar un presupuesto para que concurran con la necesaria preparación. Funciones de logística para el traslado del material a los teatros de operaciones, tareas de ingeniería en cuarteles, administración, manejo de la comunicación con los medios masivos, tareas propias de los auditores son realizadas pueden ser realizadas por personal de la Reserva.

No se los mantiene durante todo el año sino que se los convoca a las instrucciones, a las que concurren gustosa y patrióticamente, y se los llama a servir cuando las situaciones así lo requieren. Este último es un punto clave: se puede aumentar notablemente la cantidad de efectivos disponibles con un mínimo costo, acorde a los tiempos de presupuestos escasos de los que se dispone, que son las previsiones del SIREA en su formato actual.

La Reserva en un futuro próximo:

El rol de la Reserva resulta fundamental en un país con territorios tan extensos como los de la Argentina. Entendemos que sus tareas más relevantes son:

  • Asesorar a las autoridades militares en todos aquellos campos más específicos del medio civil, donde las reservas desarrollan normalmente sus actividades, y que hoy en día deben conocer los militares cuando participan en operaciones, en especial en misiones en el exterior en operaciones de paz, en todo lo que tiene relación con: legislación internacional y contacto e interacción con la población civil local.
  • Contribuir, igual que en los tiempos de guerra, en todas aquellas áreas donde los reservistas, pueden aportar sus conocimientos: abogados, ingenieros, mecánicos, docentes, personal de mantenimiento de instalaciones y equipos, comunicaciones, administración, etc.
  • Relevar a los integrantes del Cuerpo Permanente de aquellas actividades en las que no tiene sentido enviar a un militar altamente preparado que debe tener como prioridad el frente. Por ejemplo: apoyo en actividades de retaguardia como hospitales, bases logísticas, administración, auditorías y, toda gestión típica de las autoridades políticas, sociales, económicas, sanitarias, etc, que se conocen como función de asuntos civiles y de asuntos territoriales.
  • Colaborar en la asistencia en caso de desastres naturales: hay una enorme variedad de especialidades que serán de mucha utilidad para los civiles damnificados. Pero para esto el reservista debe estar altamente capacitado para usar sus habilidades de uso normal en el ámbito civil, siempre en el marco de un sistema de organización militar.
  • Prepararse para asumir su rol en la primera línea de combate como reemplazo cuando las bajas lo ameriten o complemento del Cuerpo Permanente, cuando se posea las condiciones necesarias para hacerlo (adiestramiento, edad, condiciones físicas, etc). El brillante desempeño de la Reserva de la Aviación de Ejército y de las Secciones AOR (Aspirantes a Oficiales de Reserva) durante la Guerra de Malvinas son excelentes ejemplos.

BIBLIOGRAFÍA

FRAGA, Rosendo. Menem y la cuestión militar, Buenos Aires, Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, 1991.

GIGLIOTTI, Carlos A. Bravo 25. Un puñado de valientes. La épica historia de la Compañía C del Regimiento de Infantería 25 en Malvinas, Buenos Aires, Ediciones Argentinidad, 2017.

MARTÍNEZ PITA, Rodolfo. Riccheri, Buenos Aires, Círculo Militar, 1996.

NORO, Lauro y BROWN. Fabián. Riccheri. El Ejército del siglo XX, Buenos Aires, Fundación Soldados, 1999.

SCENNA, Miguel Ángel. Los militares, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1980.


[i] Licenciado y profesor de Historia. Subteniente de Reserva del Arma de Infantería.

[ii] Existe una excelente investigación realizada por el CR Luis Ángel Benardi.

[iii] GIGLIOTTI, Carlos A. Bravo 25. Un puñado de valientes. La épica historia de la Compañía C del Regimiento de Infantería 25 en Malvinas, Buenos Aires, Ediciones Argentinidad, 2017.